VIOLENCIA CONTRA LA MUJER EN LA PAREJA
La violencia contra la mujer por parte de su pareja o
ex-pareja está generalizada en el mundo dándose en todos los grupos sociales
independientemente de su nivel económico, cultural o cualquier otra
consideración. Aún siendo de difícil cuantificación, dado que no todos los
casos trascienden más allá del ámbito de la pareja, se supone que un elevado
número de mujeres sufren o han sufrido este tipo de violencia. Estudios
realizados en países por desarrollar arrojan una cifra de maltrato en torno al
20 %, encontrándose los índices más bajos en países de Europa, en Estados
Unidos, Canadá, Australia y Japón con cifras en torno al 3 %.
«Es un hecho que en una relación de pareja la interacción
entre sus miembros adopta formas agresivas». En todas las relaciones humanas
surgen conflictos y en las relaciones de pareja también. Las discusiones,
incluso discusiones acaloradas, pueden formar parte de la relación de pareja.
En relaciones de pareja conflictivas pueden surgir peleas y llegar a la
agresión física entre ambos. Esto, que podría alcanzar cotas de violencia que
serían censurables y perseguibles, formaría parte de las dificultades a las que
se enfrentan las parejas. El maltrato nada tiene que ver con esto; en el
maltrato el agresor siempre es el mismo: «Por definición, el conflicto es una
modalidad relacional que implica reciprocidad y es susceptible de provocar un
cambio. Por el contrario, el maltrato, aunque adopte las mismas formas
–agresiones verbales y físicas-, es unilateral, siempre es la misma persona la
que recibe los golpes».
Las cifras de mujeres víctimas de violencia familiar llevada
a cabo por quien sea o haya sido su pareja señalan que anualmente decenas o
cientos de mujeres son asesinadas a manos de sus parejas en diferentes países
del mundo.
En la pareja el maltrato es mayoritariamente ejercido por él
contra ella. Tiene unas causas específicas: los intentos del hombre por dominar
a la mujer, la baja estima que determinados hombres tienen de las mujeres;
causas que conducen a procurar instaurar una relación de dominio mediante
desprecios, amenazas y golpes.
Este tipo de violencia contra la mujer también se da en
parejas del mismo sexo (lesbianas), en las que la víctima es obviamente una
mujer. Sin embargo, este tipo de casos violentos no suelen tener trascendencia
en los medios de comunicación.
Los rasgos más visibles del maltrato son las palizas y los
asesinatos, son los que trascienden del ámbito de la pareja; sin embargo, los
maltratos de «baja intensidad», los maltratos psíquicos que mantenidos en el
tiempo socavan la autoestima de la mujer, son los que mayoritariamente se dan. Cuando
trasciende un caso de maltratos, la mujer puede llevar años sufriéndolos. Y si
los maltratos pueden producirse en cualquier etapa de la historia de la pareja,
es en el momento de la ruptura y tras esta, si se produce, cuando llegan a
exacerbarse. Las causas pueden ser varias, desde trastornos psicológicos a
predisposición socio-cultural, pasando por infidelidades de la pareja o
ex-pareja.
Es frecuente tratar el tema de los maltratos como casos
individuales: los maltratadores sufrirían una suerte de trastornos que les
conducirían a maltratar a la mujer. Esta sería una visión del problema que
evitaría tratarlo como un problema social.
Las consecuencias últimas de la violencia contra la mujer en
la pareja son la de decenas o cientos de mujeres muertas cada año, en los
diferentes países, a manos de sus parejas o ex-parejas.

No hay comentarios:
Publicar un comentario